En esta entrevista, James Tarry y Luke Layfield analizan los temas que definen el entorno de los inversores en activos reales que apuestan por la transición climática.
Lea este artículo para comprender:
- Cómo el entorno de tipos más altos durante más tiempo podría crear oportunidades inmobiliarias en 2024
- Tres megatendencias mundiales en infraestructuras ecológicas
- Las ventajas climáticas y de inversión de las soluciones basadas en la naturaleza
Mientras funcionarios gubernamentales, ejecutivos de empresas y científicos especializados en el cambio climático se reunían en las salas de conferencias climatizadas de Dubái para asistir a la cumbre COP28, la atención de los medios de comunicación se centraba en los importantes acuerdos políticos que podrían marcar el rumbo hacia un futuro con bajas emisiones.
En cuanto a los detalles, gran parte del trabajo de descarbonización de las grandes economías tendrá que realizarse en el entorno construido. Conscientes de que el sector inmobiliario y las infraestructuras contribuyen significativamente a las emisiones mundiales de carbono, los inversores ya se están beneficiando de oportunidades para renovar propiedades ineficientes y crear redes energéticas, digitales y de transporte más ecológicas. Las soluciones basadas en la naturaleza que pueden atrapar el carbono de la atmósfera, como los planes forestales, cada vez tienen más demanda.
Sin embargo, es necesario avanzar más rápido, y la incertidumbre en el entorno macroeconómico está creando retos a corto plazo. La elevada inflación ha encarecido los proyectos de reurbanización, y los prestatarios se han visto presionados por los elevados tipos de interés, lo que ha provocado una fuerte revalorización de los inmuebles en algunos mercados.
No obstante, las tendencias estructurales a largo plazo siguen siendo positivas. Aquellos que pueden invertir directamente y ejercer control sobre el perfil de emisiones de sus activos podrían marcar una diferencia evidente en el clima al tiempo que obtienen rendimientos de inversión atractivos y una diversificación de la cartera.
James Tarry (JT) y Luke Layfield (LL), cogestores de la estrategia Climate Transition Real Assets de Aviva Investors, se han reunido con AIQ para analizar sus perspectivas para 2024.
Todo apunta a que 2023 será el año más caluroso jamás registrado1. ¿Hasta qué punto la ineficiencia del sector inmobiliario y de las infraestructuras está contribuyendo a la crisis climática y cómo pueden los inversores en activos reales marcar una diferencia significativa?
LL: El sector inmobiliario y las infraestructuras son factores importantes de la crisis. Según Architecture 2030, un panel de expertos, el entorno construido es responsable del 42% de las emisiones mundiales2. La otra cara de la moneda es que los inversores directos en estos sectores pueden marcar una gran diferencia mediante la transición de activos.
Las inversiones específicas en activos reales pueden ayudar a evitar, reducir y eliminar las emisiones de carbono. En concreto, pueden evitar las emisiones de carbono mediante la financiación de redes de energías renovables y otras infraestructuras ecológicas; reducir las emisiones mediante la descarbonización de la propiedad, y eliminar las emisiones mediante soluciones basadas en la naturaleza, como los proyectos de reforestación.
Durante los dos últimos años, el agresivo ciclo de tensionamiento monetario y las tensiones geopolíticas han sacudido los mercados mundiales. ¿Cómo ha afectado la incertidumbre del entorno macroeconómico a los activos reales en el Reino Unido y Europa? ¿Esperan que esta situación cambie en 2024?
LL: En 2023, el principal tema fue el gran cambio estructural de los tipos de interés debido a una inflación más alta y persistente de lo previsto. En el caso de los activos reales, se ha producido una revalorización paralela a la evolución de los tipos, pero también un bajo volumen de operaciones, especialmente en el sector inmobiliario, debido a la incertidumbre sobre los precios. El aumento de los costes de construcción también ha frenado la construcción de nuevas viviendas.
La revalorización de los activos de renta variable en infraestructuras ha sido mucho más lenta que la de los activos inmobiliarios. Las operaciones más recientes se han producido en el sector de las energías renovables, en el que se sigue recaudando un capital considerable. Si bien en el cuarto trimestre vimos cierta revalorización de la renta variable en infraestructuras, las primas de riesgo siguen comprimidas, lo que atribuimos a la persistente fortaleza de la demanda de activos verdes.
Las primas de riesgo siguen comprimidas, lo que atribuimos a la persistente fortaleza de la demanda de activos verdes
En general, el volumen de operaciones en infraestructuras se redujo en torno a un 20% interanual hasta diciembre de 2023, menos de lo que se preveía dado el difícil contexto macroeconómico.
JT: De cara al futuro, parece que los tipos altos están teniendo el efecto deseado, con unos datos de empleo e inflación más débiles en algunas economías y unos mercados que prevén el final del ciclo de subidas de tipos en 2024.
Y lo que es más importante desde nuestro punto de vista, se espera que los tipos se mantengan elevados durante un tiempo. Los bancos centrales se mostrarán cautos ante el posible repunte de la inflación, lo que podría crear un atractivo punto de entrada para algunos mercados de activos reales. Por ejemplo, estamos empezando a ver ventas forzadas en el sector inmobiliario como consecuencia de que las operaciones de refinanciación tienen que producirse con elevadas ratios préstamo/valor, y los inversores con fondos disponibles podrían beneficiarse de ello.
¿Qué sectores podrían ofrecer oportunidades en 2024?
JT: Esperamos una mayor diferencia por fundamentales de los activos, lo que dará lugar a una recuperación en forma de “K” en el sector inmobiliario, en la que los activos más importantes se recuperarán a una velocidad cada vez mayor y los activos secundarios lo harán a un ritmo más lento. Los sectores residencial, logístico y de oficinas principales presentan unos fundamentales sólidos y deberían evolucionar especialmente bien gracias a la solidez de los mercados de alquiler.
Las infraestructuras ecológicas gozan de un constante impulso en todas las regiones, pero las perspectivas varían según el sector
Las infraestructuras ecológicas gozan de un constante impulso en todas las regiones; al menos así ha sido durante algún tiempo, pero las perspectivas varían según el sector. Por ejemplo, en la infraestructura digital, como la banda ancha de fibra, la fibra es tres veces más eficiente energéticamente que el cobre y su velocidad permite trabajar a distancia en lugar de desplazarse a la oficina, lo que contribuye a la mitigación de las emisiones relacionadas con el transporte. Esperamos una mayor consolidación de este mercado en 2024, donde los grupos más fuertes se fortalecerán y los rivales más débiles serán adquiridos o desaparecerán. En comparación, el mercado de infraestructuras para vehículos eléctricos es todavía incipiente y los principales proveedores deberían seguir atrayendo capital.
Una evolución interesante es el crecimiento de la producción descentralizada de energía y las soluciones de eficiencia. Vemos oportunidades para invertir en el suministro de energía a arrendatarios particulares y empresariales a nivel local mediante la generación de energía renovable, el almacenamiento en baterías y medidas de eficiencia energética. Esta temática empezará a atraer más atención en 2024.
¿Cómo valora el interés de los clientes por los activos reales relacionados con el clima?
LL: Los inversores reconocen cada vez más los beneficios de la adaptación climática. En nuestro Estudio sobre activos reales de 2023, el 93% de los encuestados afirmó que las consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) influyen en su toma de decisiones de inversión, y el 17% señaló que tienen una influencia decisiva3.
Aunque los cambios en la política y la normativa se citan a menudo como el principal factor detrás de la adaptación a los criterios ESG, los encuestados citan otros motivos para interesarse por ellos, como la coherencia con los valores del inversor o de la organización, la gestión del riesgo y la mejora cada vez más evidente de los resultados financieros de la inversión sostenible.
¿Cuáles son las temáticas a largo plazo que conforman los sectores de infraestructuras y cómo estamos respondiendo a ellas?
JT: A medida que el mundo responde a los retos de la descarbonización, estamos observando la aparición de tres megatendencias mundiales en el sector de las infraestructuras. La primera está relacionada con la transición energética y abarca la creciente demanda de activos renovables, como los parques eólicos y la energía solar, pero también el almacenamiento de energía, el biogás y el hidrógeno. La segunda se refiere a la descarbonización del transporte, en la que las redes de recarga de vehículos eléctricos y los autobuses eléctricos desempeñarán un papel fundamental. Finalmente, en tercer lugar, está la infraestructura digital, donde la electrificación y el crecimiento de las tecnologías inteligentes deberían beneficiar a la banda ancha de fibra, los centros de datos y las torres de telecomunicaciones.
Creemos que los factores estructurales favorables seguirán respaldando estos sectores a largo plazo
En vista de que los activos maduros en estas zonas tienden a ser caros debido al peso de la demanda, buscamos asociarnos con promotores con equipos de gestión sólidos para financiar proyectos de nuevas infraestructuras ecológicas. Al añadir valor, esperamos aumentar el rendimiento y conseguir ventajas para el clima. Aunque desconfiamos de los riesgos, especialmente de los problemas de planificación de los proyectos nuevos, creemos que los factores estructurales favorables seguirán respaldando estos sectores a largo plazo.
¿Los incentivos de EE. UU. y la UE a las tecnologías limpias ofrecen oportunidades para invertir en empresas en la fase inicial de desarrollo de tecnologías con bajas emisiones de carbono?
LL: La exposición a tecnologías climáticas en sus primeras fases a través de inversiones en el mercado privado puede crear oportunidades de rentabilidad financiera y diversificación, pero también nuevas soluciones que podrían permitirnos acelerar la descarbonización de nuestras propias carteras. Desde cargadores inteligentes para vehículos eléctricos hasta paneles solares que producen agua potable a partir de la atmósfera, hay toda una variedad de innovaciones fascinantes a las que pueden acceder los inversores mediante una asignación a fondos de capital riesgo.
Hay innovaciones fascinantes a las que pueden acceder los inversores mediante una asignación a fondos de capital riesgo
La ley de reducción de la inflación de Estados Unidos destina 370 000 millones de USD a subvenciones y exenciones fiscales para las industrias ecológicas. Esta ley ya está consiguiendo “reducir la curva de costes” y debería acelerar el crecimiento y la adopción de la tecnología climática más avanzada. La propuesta de ley sobre la industria de cero emisiones netas de la UE se ha presentado como un equivalente europeo, aunque es probable que la magnitud de la ayuda sea mucho menor y se centre en la modificación de las normas sobre ayudas estatales en lugar de la aportación directa de nuevo capital4.
En el Reino Unido, el pacto de Mansion House Compact, en virtud del cual nueve de los mayores planes de pensiones de contribución definida del Reino Unido (entre ellos, Aviva) han acordado destinar el 5% de sus carteras a capital riesgo (lo que podría desbloquear capital por un valor de 75 000 millones de GBP), supondría un nuevo incentivo para los sectores tecnológicos incipientes5.
Una forma de reducir las emisiones es convertir en “verdes” los edificios “marrones”, es decir, aquellos que no cumplen los estándares medioambientales y de sostenibilidad. ¿Cuáles son las características que hacen que un activo sea un buen candidato para este tipo de reurbanización?
LL: La inversión en este tipo de modernización es muy rentable. Los inmuebles adaptados al clima deberían beneficiarse de una prima verde gracias a la creciente demanda de edificios modernos y acogedores que ayuden a los arrendatarios a cumplir sus propios objetivos climáticos y a reducir costes (el funcionamiento de los inmuebles energéticamente eficientes es más barato). Se trata de un aspecto importante en el contexto de la transición: según algunas estimaciones, el 80% de los edificios que existirán en 2050 ya se han construido, por lo que debemos frenar las emisiones de los edificios existentes en la medida de lo posible6.
No obstante, no todos los edificios son buenos candidatos. Es importante evitar asumir demasiados riesgos adicionales de ubicación o de mercado al iniciar una reurbanización. Por este motivo, nos centramos exclusivamente en oportunidades en el Reino Unido y Europa Occidental, favoreciendo los activos deteriorados u obsoletos en ubicaciones con una oferta y demanda local sólida. Por ejemplo, estamos reurbanizando Curtain House, un almacén victoriano del este de Londres, para crear un edificio de oficinas moderno que debería beneficiarse de su proximidad a un núcleo clave para las industrias creativas de la capital británica.
¿Qué papel desempeñan las soluciones basadas en la naturaleza en las carteras de activos reales? ¿Y cómo se compara la inversión directa con la compra de créditos de carbono?
JT: Puede resultar difícil acceder a créditos de carbono de alta calidad, especialmente en el Reino Unido, donde la oferta es limitada. Además, el aumento de la demanda está encareciendo los derechos de emisión de carbono, como los que ofrece el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea de la Unión Europea (RCDE UE).
El aumento de la demanda está encareciendo los derechos de emisión de carbono
Esto quiere decir que invertir directamente en proyectos de reforestación puede ser beneficioso. Hemos realizado dos inversiones en Escocia: Glen Dye Moor, en Aberdeenshire, donde plantaremos 5 000 000 de árboles y restauraremos 1800 hectáreas de turberas, y Glen Forsa, donde reforestaremos 1500 hectáreas, lo que supondrá una eliminación acumulada de 350 000 toneladas de carbono de aquí a 2040.
De este modo, esperamos mantener nuestro coste de producción de carbono en torno a los 15 USD por tonelada; en comparación, el precio regulado de los derechos de emisión de carbono de la UE alcanzará los 100 EUR por tonelada en 20237. Esta medida nos permitirá abordar las emisiones residuales de carbono de nuestras carteras y protegernos frente a la subida de los precios del carbono.